Estudios previos han demostrado que un estilo de vida sedentario aumenta el riesgo de enfermedades crónicas y muerte prematura.
Leslie Alford de la Universidad de East Anglia (Reino Unido) revisó 40 estudios científicos sobre las últimas investigaciones internacionales relacionadas con la actividad física y la longevidad, publicados entre 2006 y 2010.
La literatura revisada reveló el papel del estilo de vida, lugar de residencia, y factores de riesgo como la obesidad, la dieta, el tabaquismo y el ejercicio.
El estudio reveló que:
- La actividad física regular de moderada a intensa se asocia con un menor riesgo de enfermedad cardiaca coronaria y accidente cerebrovascular isquémico y hemorrágico.
- Una creciente evidencia sugiere que el aumento de la actividad física también puede reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer, la osteoporosis, la diabetes tipo 2, la depresión, la obesidad y la presión arterial alta.
- La evidencia de los efectos benéficos de la actividad física en la prevención primaria y control del cáncer está creciendo y hay una asociación entre los niveles más altos de actividad física y reducir las tasas de muerte por cáncer.
- Hay una creciente evidencia de que la actividad física podría disminuir el riesgo de demencia en los ancianos.
La revisión insta a los adultos sanos de edades entre los18 y 65 años para realizar 150 minutos de actividad física de intensidad moderada a la semana, por ejemplo, 30 minutos de caminata a paso ligero, cinco días a la semana.
Los que deseen llevar a cabo la intensidad del ejercicio más vigoroso, como correr, debe tener como objetivo 20 minutos tres días a la semana.
Además, el estudio anima a los adultos sanos a dos sesiones de entrenamiento de fuerza a la semana que trabajan con los grupos musculares principales del cuerpo.
L. Alford. “What men should know about the impact of physical activity on their health.” International Journal of Clinical Practice, Volume 64, Issue 13, 12 November 2010.